La mar siempre goza de esperanza

by - 21.5.18


Luis Haranburu titula su libro “la mar no tiene esperanza”. Seguro que Ines no ha oído hablar de Arantxa; seguro que el amor le trajo mil pesares; seguro que aquel día amaneció de una manera triste. No obstante, no podemos decir lo mismo en esta ocasión. Después de haber compartido la experiencia de ayer, y si tuviésemos que reeditar este mismo libro, en un trance de absoluta originalidad, la frase se mudaría de aires designándolo como “la mar siempre goza de esperanza”. En esta ocasión no habría Ines alguna, sino alguien llamada Arantxa. Ella es la protagonista de esta historia y ella es quien ha sentido ese nuevo amor. Sin embargo, en vez de tratarse sobre el amor entre ella y otra persona, se ajusta más al amor entre ella y la propia naturaleza. Sería un amor entre la mar, la montaña y Arantxa, un amor al propio susurro de los pájaros, un amor a la brisa que le baña. Y el desamor… carece de existencia.

Bien sabemos que hablamos de manera metafórica, pero que mejor que hacer uso de los recursos literarios para sobresaltar que el día de ayer fue especial. Y es que eso mismo fue el día de ayer. Precioso, perfecto. Y Arantxa, disfrutando de la cornisa de la Talaia bidea en su silencio. Solamente podemos decir que la esperanza siempre queda plegando las agujas del tiempo, y de eso Arantxa sabe mucho. A raíz de ello no se podía esperar otra recompensa. Un momento extraordinario.  

GURPILTREK BY KEMEN

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