Abandonamos el mes de agosto y dejamos de lado las arduas y largas horas de trabajo. Aún así, a pesar del cansancio acumulado, no han faltado momentos de sonrisas llenas de humildad. Hemos realizado muchísimos planes, hemos sudado como los que más, pero la sonrisa se mantiene como el primer día. Y eso es lo que hace que nuestra labor sea tan especia; eso hace que no haya muros que no podamos saltar, y eso hace de nuestra labor nuestro tesoro.
Ahora sólo falta recobrar nuevas fuerzas y volver a soñar como niños. Es cierto que nuestra labor nunca para pero… cojamos un poco de aire, tranquilicemos nuestras mentes… y adelante!
DIARIO VASCO -2020/09/24- En la extensa exposición del Plan de Legislatura iniciada en la crónica de ayer, continuamos con el concejal Igor Zubillaga y su exposición de acciones dentro de las áreas que componen el eje de desarrollo urbano... (LEER MÁS)
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