El fútbol siempre ha sido un epicentro de críticas. Bien el dinero que mueve como todos esos derechos extraordinarios que no tiene el resto de la sociedad siempre han sido la queja de todo el colectivo social. Pero más allá de todo esto, hay quien entiende este deporte como entretenimiento e incluso como evasión; y hay quien ha echado en falta este en el confinamiento. En nuestra casa, el fútbol, como si fuera una tila, es un tranquilizante. Y así es como ocurre con Luismi. Siendo un seguidor nato desde pequeño, es su ibuprofeno personal para aliviar cualquier preocupación. Ayer, sin embargo, le estaba dando vueltas a una misma idea más allá de la realidad. Bien sabemos que los campos están vacios. No obstante, manteniendo todas las precauciones… ¿por qué no facilitar una entrada a todas las personas que tanto han pasado en residencias o viviendas? Aunque en un principio parecía una pregunta muy descabellada, puso sobre la mesa lo que sería hasta un principio de protocolo. Por cada puerta del Reale Arena hacer que puedan acceder 30 personas las cuales se sentarían en sitios muy dispares. De esas 30, 15 serían usuarios de residencias o viviendas y el resto sus acompañantes y/o ayudantes. De esta manera los estadios tendrían un mínimo de público y en un mismo instante harían omenajes a aquellos que tan mal lo está pasando. Estamos seguros que esta idea para muchos es un disparate pero… “¿por qué no?” insiste Luismi.